El mayor fundamento es lo espiritual

(Articulo extraído de la revista virtual Quilombo)
Mauro Mazzarella

Venido de la famosa roda de Caxías de Río de Janeiro, Mestre Pedrinho fue –allá por la década del ’80- uno de los pioneros en la enseñanza y difusión de la capoeira Angola en Buenos Aires. Recién llegado a esta ciudad para el II Encuentro “Angola Nao Dorme”, Pedrinho comparte con nosotros algunas experiencias y reflexiones sobre la capoeira.

Como un eco de las clases de Pedro en el Centro Cultural Ricardo Rojas o en el Angola Bar, este “Angola Nao Dorme” promete convocar a gran parte de la galera porteña. La cita será para los días 24 y 25 de abril en el Club Atlético Paraguayo (Piedras 1676, San Telmo) y contará también con la presencia de la profesora Agustina Cobra Preta. Luego de 8 años viviendo en el exterior -primero en México y ahora en España-, el trabajo de este Mestre y de su grupo Terreiro Mandinga de Angola sigue viajando en el tiempo y madurando los frutos de las semillas que dejó caer aquí 20 años atrás.

¿Cómo fueron tus comienzos en la capoeira Angola?
La capoeira entró a mi vida a mis siete años de edad y me dio mucho poder de supervivencia. Porque Río de Janeiro es un lugar durísimo y me dio acceso al conocimiento de mi cultura, de mi origen. Me hizo entender que el hombre negro era diferente en aquella época y que la capoeira servía de estructura para sobrevivir, resistir al racismo y a otras cosas más. Por eso para mi la capoeira es vida y resistencia.

¿Cómo caracterizarías el rol que desempeña el maestro de capoeira de Angola?
La primera función de un maestro es ser responsable de la organización, el respeto, la moral, la integridad entre todos, la tolerancia. El maestro también pasa por fases de aprender a ser maestro, hoy yo estoy en una etapa donde percibo que el título de “Mestre” es tan poderoso, tan fuerte, que procuro cada día mejorar mi persona, mi personalidad, para poder sentir realmente que soy un maestro de capoeira. Porque ser maestro de capoeira es ser también un maestro de vida, es ser una persona especial para muchas personas, y un ejemplo. Eso es para mí un maestro de capoeira: un ejemplo y una continuidad.

¿Cuál es tu definición de capoeira Angola?
Para mi no tiene definición, sólo sé que la capoeira es buena, es buena para el ser humano, para trabajar la personalidad, para trabajar tu vida, para poder amar a los prójimos. La capoeira enseña eso, te enseña a defenderte de vos mismo, de las manías, de las emociones en las horas de debilidad… entonces la capoeira es indefinible porque ella es muy completa para uno mismo, sin hablar de los demás.

¿Creés que posee un potencial educativo para ayudar al desarrollo de las relaciones humanas?
Claro, ella hizo eso conmigo, ¡hablo por experiencia propia! La capoeira hizo eso conmigo. Yo fui una persona que no pudo estudiar, no tuve muchos recursos, ni apoyo de la sociedad y la capoeira fue todo lo que yo tenía. Es como dice el Maestro (Pastinha), que ella es “todo lo que la boca come”, todo lo que necesitaba me lo dio: mi conciencia como ser humano, mi educación como persona. Entonces está probado que la capoeira es una de las mayores formas de participación para la educación del ser humano, principalmente de las clases pobres.

¿Cuáles son “fundamentos de la capoeira”?
Para mi lo primordial es la parte espiritual. Primero espíritu, después la carne, después la materia, que es lo que llevamos encima de la carne. Para mi el mayor fundamento de la capoeira es el lado espiritual, alimentar al ser humano para que pueda tener un camino y después una encarnación mejor.

Ser capoeirista, entonces, ¿es como una forma de evolución espiritual?
Creo que si las personas tuviesen el valor de la capoeira, el mundo estaría mucho mejor, las personas estarían más felices, más seguras y con un camino espiritual bien auténtico y seguro. Para mí el primer fundamento -y el más importante- es el espiritual. Segundo, tenemos que conseguir parar de mirar a las personas, criticarlas y condenarlas, y mirar para adentro de nosotros mismos… para saber cómo mejorar y desarrollarnos con los demás seres humanos. Es un procedimiento más seguro, más real y más respetuoso. Y la “batería” -la parte musical- da toda información esencial, sensible, transmite lo que está dentro de uno mismo. Por eso doy mucha importancia a la música, procuro componer lo que siento para que los otros puedan entender que cada mensaje es una contribución muy importante.

¿Cuál es tu opinión sobre el color de la piel en la práctica de la capoeira?
Sé que hay muchos maestros de capoeira que no creen que un alemán pueda incorporar o sentir toda la cultura afrobrasilera como un brasilero. Pero si fuera así, entonces todos los brasileros deberían sentir esta tradición, porque muchos no la sienten. (Creo que dieron lugar para otras personas, para el argentino, para el francés). Para mí esas personas que tienen ese pensamiento de color o de país, si la persona es extranjera o no, son personas ignorantes, personas que son muy obcecadas de ambición porque ya saben el valor de ese mundo espiritual de la capoeira y quieren todo para ellos, y se tornan hasta radicales y comienzan a ofender a las personas, maltratarlas. Gracias a Dios, yo que no tengo mucho estudio, nunca tuve esa concepción.

¿Cuál es la relación entre capoeira y candomblé?
A mi modo de ver, la capoeira, el candomblé y otras culturas africanas, forman parte de una familia. Una nace de la otra, cada una precisa de la otra, cada una forma parte de la otra. Mucha gente no quiere admitirlo porque tiene otros intereses, políticos o comerciales, pero quién vive con la capoeira dentro del corazón no precisa investigar para saber eso.

Cuando una cultura distinta toma elementos de la capoeira para hacer otras manifestaciones, ¿está haciendo algo deseable o es algo que no debería suceder?
Hay mezclas constructivas y hay mezclas destructivas. Las constructivas son aceptables, porque la capoeira es libertad y el ser humano es libre para hacer lo que quiera consigo o con su vida. Yo tengo mi propia concepción que puede orientar si alguien me lo solicita. Si no, yo no voy a perseguirlo. Cada uno va a hacer su historia de la forma que cree que tiene que hacerlo, algunos procuran informarse, procuran orientación, otros no. Pero el mundo es tan grande, hay tantos países y tantos lugares…

¿Algún mensaje para los capoeiristas argentinos?
Quien se siente capoeira, antes de pensar en criticar o maltratar al prójimo, vaya y mire para adentro de sí mismo. Porque el mundo nos dio varias pruebas de personajes que entraron en la cultura afrobrasilera y aportaron mucho, como Pierre Verger o como Carybé. El ser humano tiene un poder que desconoce, se puede transformar en lo que quiera. Digo eso porque sale un hombre argentino, se apasiona por Bahía y se transforma en un bahiano. En Brasil hoy existen esas divisiones, personas que piensan que el bahiano es bahiano, el carioca es carioca, el paulista es paulista. Entonces, ¿cómo se explica que un argentino pueda transformarse en tantas personas y el brasilero que es el “dueño del hechizo” se mantiene dividido en categorías prejuiciosas? Cuando las personas piensen en criticar o desacreditar a otros, recuerden que el ser humano se puede transformar en lo que desea, la persona más linda del mundo, la más fea, la más dulce, la más amarga, la más perversa… depende de qué es lo que quieras hacer con vos mismo.





Capoeira en Buenos Aires
¿Que Navio é esse?...
María Eugenia Domínguez

Las narrativas acerca del surgimiento de la capoeira refieren a esa arte como una forma expresiva creada por los esclavos africanos y sus descendientes que, viviendo y trabajando forzosamente en las plantaciones brasileñas desde el siglo XVII, elaboraron una práctica de resistencia en un sistema social fuertemente opresor.
También existen registros que revelan que había capoeiras en varias ciudades brasileñas desde mucho antes del Siglo XX.


Los trabajos del historiador Carlos Eugenio Líbano Soares muestran que durante todo el Siglo XIX la capoeira tuvo una importancia tal en Río de Janeiro que condujo a su incorporación como delito en el código penal durante 40 años (entre 1890 y 1930). Los capoeiras causaban 'desórdenes y daños'; también perjudicaban a los dueños de esclavos siempre que huían de sus 'obligaciones' para unirse a las 'maltas', tal como se denominaban las agrupaciones que reunían a negros esclavos y libertos, criollos y nobles. Todo ello justificó la medida represiva que apuntaba a la erradicación de la práctica.Pero a partir de 1930 comienza un proceso de 'positivización' de la capoeira: deja de ser delito para ser considerada un deporte, y deja de ser una práctica exclusivamente callejera para pasar a ser enseñada en 'academias'.
Las principales academias se formaron en la capital del Estado de Bahia. Paralelamente a esa institucionalización se consolidaron dos tendencias hasta hoy consideradas opuestas por los propios practicantes.Ambas fueron desarrolladas por maestros bahianos. Una se forma como continuación de la iniciativa de Mestra Bimba y su 'capoeira regional' (denominación que enfatiza su surgimiento en la región de Bahia). La otra tiene como referencia a Mestre Pastinha y su 'capoeira angola' (denominación que enfatiza el vínculo con el legado cultural de los africanos esclavizados).
Ambas propuestas se consolidaron como estilos, que si entendidos como sistemas ético-estéticos, defienden valores diferenciados.
La primera es presentada como 'mestiza', exponente de la auténtica identidad brasileña (tengamos en cuenta que en Brasil la homogeneidad nacional es pensada como mestiza y no como blanca, como sucede en el caso argentino). La segunda es negra, destacando el vínculo con África, y el papel que los africanos esclavizados y sus descendientes tuvieron en la formación de la cultura nacional.Esta división se expresará en las iniciativas que se desarrollan hasta el día de hoy que, según los casos, se aproximan más a alguna de estas propuestas; las capoeiras anteriores a esa institucionalización raramente son evocadas para definir los sentidos contemporáneos de la práctica.
La institucionalización de la capoeira en la década de 1930 eliminó de su memoria las variantes que se desarrollaron en otras ciudades, estableciendo un corte especialmente con el pasado carioca, que asociaba la capoeira al malandro do 'morro' y al arte de los faquistas (cuchilleros) que llegaron con la corte portuguesa.
Como sugiere Leticia De Souza Reis, esa baianização de la capoeira trajo aparejada la inautenticidad de las capoeiras de otras regiones, borrándose una parte importante de la memoria de la resistencia negra.

La capoeira angola apareció en Buenos Aires gracias a la iniciativa de algunos alumnos de Yoji Senna - pionero en la enseñanza de capoeira regional en la ciudad-, que tras realizar algunos viajes a Bahía (Brasil) formaron un grupo independiente de aquel profesor. El objetivo era profundizar en la línea de la capoeira angola bahiana. A través de esa iniciativa, que tuvo lugar entre los años 1987 y 1992, ese grupo de jóvenes argentinos buscaba desarrollar el estilo que concebían como el más tradicional y el más próximo de las raíces africanas de la capoeira (en contraste con el estilo regional que es considerado moderno y deportivo).Para ellos, el contacto con la capoeira bahiana, era fundamental en su trabajo de difusión de la capoeira angola en Buenos Aires.
Este grupo -llamado Capoeira Angola Pequena- recibe en 1992 a Gafanhoto como profesor invitado. Gafanhoto, que era alumno de Mestre Curió de Bahia (quien a su vez fue alumno de mestre Pastinha), formó otro grupo de capoeira angola, que mantuvo su actividad hasta 1995. Durante esos años había estado en la ciudad un angoleiro bahiano llamado Ciro -alumno de Mestre João Pequeno, por su parte alumno directo de Mestre Pastinha- que formó un grupo que existió durante uno o dos años, pero que no tuvo continuidad.
Notemos que, hasta entonces, toda la iniciativa 'angoleira' en Buenos Aires tenía como referente a la capoeira angola bahiana, siguiendo el linaje de Mestre Pastinha.
En 1990 llega a Buenos Aires Mestre Pedrinho de Duque de Caxias, Río de Janeiro, quien inicia un trabajo formal y continuado en la capoeira en la ciudad en 1994. De dar clases en un centro cultural, pasa luego a enseñar en un gimnasio hasta que, en 1998, inaugura su propio espacio en el barrio de Once, en el que se llevaron a cabo distintas actividades ligadas a la cultura afrobrasileña.
A través de su trabajo en Buenos Aires, se consolidó el grupo Terreiro Mandinga de Angola –TMA- que ya existía en Rio de Janeiro. En su propuesta se combinan elementos ligados a la 'tradición angoleira', especialmente en lo que dice al 'origen africano' de la capoeira, con otros ligados al pasado carioca de la práctica, a la ética y estética 'da capoeira de rua' (callejera), y a elementos identificados como 'símbolos étnicos' de los afrobrasileños, muchos de ellos ligados a las religiones afrobrasileñas.
Cualquier expresión cultural puede ser examinada en busca de marcas que nos hablan de diálogos con otros tiempos y otros lugares, diálogos que constituyen el sentido contemporáneo de cada expresión.
El trabajo del Terreiro Mandinga de Angola exhibe diálogos con otra esferas de la cultura afrobrasileña, y se articula de modo particular con las narrativas que dan sentido a las distinciones en el universo de la capoeira. 'Terreiro' puede significar en portugués el patio de una casa, una superficie de tierra plana y limpia de malezas, pero también casa de candomblé o casa de santo (o las distintas denominaciones que reciben los espacios donde se preparan y practican las ceremonias en las religiones afrobrasileñas).Esta asociación de la designación del grupo a un espacio sagrado es importante en esta propuesta que no concibe a este arte como un deporte, en el que las características del juego dependerían exclusivamente de la preparación física de los atletas.
La capoeira angola, según esta propuesta, es una expresión cultural que no implica solamente destreza física, sino también el desarrollo de disposiciones que posibiliten la sensibilidad musical, la improvisación poética, la plasticidad gestual, todo contribuyendo a su carácter lúdico. Implica también el conocimiento de un 'fundamento', de ciertos principios con los que se familiariza quien participa de la capoeira en sus aspectos rituales, más allá del aprendizaje de algunas secuencias básicas de movimientos.Mandinga es el nombre de un grupo étnico del África, al que pertenecían muchos africanos traídos a América como esclavos; en la denominación del TMA el término mandinga funciona como metáfora del vínculo con los pueblos de ese continente. Pero mandinga es también la facultad de lidiar con fuerzas sobrenaturales y la habilidad para burlar al adversario, pudiendo estos dos sentidos aparecer separados o bien el uno como posibilitador del otro.Así, la competencia en el juego no tiene que ver solamente con la fuerza física, ni con un estado físico atlético. Angola, no se refiere solamente a una relación real o imaginaria con el continente africano, sino a las discusiones sobre los papeles que los diferentes grupos sociales desempeñaron en la historia del Brasil.
El símbolo del TMA está formado por las letras de esta sigla y dos navajas abiertas que, enfrentadas, encierran el nombre del grupo. La navaja simboliza el nacimiento del capoeirista a través de su iniciación espiritual, ya que en varias religiones afrobrasileñas se utiliza una navaja para rapar la cabeza del iniciando y propiciar su vinculación con los orixás o santos (por ello se denomina 'fazer a cabeça' a este tipo de iniciación). A su vez, la navaja tiene un significado particular en la historia de la capoeira, ya que alude indiscutiblemente al 'malandro' carioca de principios de siglo (el 'malandro' carioca y la 'malandragem', encuentran su paralelo sociológico en el malevaje del arrabal porteño y los compadritos cuchilleros de comienzos del Siglo XX). En cuanto símbolo, la navaja introduce el pasado carioca en la historia de la capoeira, y nos remite a su aspecto espiritual.Según esta forma de pensar una memoria para este arte, se puede ser angoleiro –y no identificarse con los significados asociados a la capoeira regional- sin ser bahiano. El angoleiro carioca, como el bahiano, reivindica un origen africano para su arte, y busca ser un representante legítimo de la cultura negra tradicional.
Sin pertenecer al linaje dominante en las narrativas sobre capoeira angola, muestra que otras estéticas también pueden ser parte de la tradición negra de resistencia.
La capoeira angola, generalmente considerada el estilo más tradicional, no se define por un conjunto de rasgos que se habrían mantenido intactos desde el pasado, sino por la identificación de sus practicantes con valores que dialogan con capoeiras de otros tiempos y lugares, y que dan sentido a las prácticas del presente.

Articulo extraído de la revista virtual QUILOMBO





Mandinga de Angola: A Raiz do Feitiço no Terreiro

Mestre Pedrinho de Caxias, Rio, e o grupo TMA - Terreiro Mandinga de Angola divulgam nossa Cultura na Argentina, México, Espanha e Franca

Jornal do Capoeira - http://www.capoeira.jex.com.br/Edição 54 - de 18/dez a 25/dez de 2005Miltinho Astronauta
Piracicaba - SPDez/2005

Antigamente a capoeira era praticada "livremente" pelas ruas, becos, praças e arruelas. As práticas afro-religiosas, por sua vez, tomavam corpo próximo aos bairros visinhos às regiões centrais, tanto na cidade de Salvador, quando no Rio de Janeiro, então capital do País. O mesmo acontecendo nos demais Estados de nossa Federação: Pernambuco, Maranhão, Minas etc.Com a proibição das manifestações culturais populares (Capoeira, Batuque, Umbanda, Candomblé, Samba de Caboclo etc.) as mesmas passaram a ser praticadas nas "roças", ou seja, longe das imediações dos grandes centros urbanos.
Por razões óbvias havia uma interação natural entre essas manifestações. Sendo bom exemplo os Capoeiras que "protegiam" literalmente os Terreiros, e as Mães de Santo (Zeladoras de Inkisses segundo as sábias palavras do saudoso Mestre Caiçara - Saravá!), que, por sua vez, "fechavam" o corpo dos protagonistas de artes e arruaças de nossa rica história capoeirística.
Com o passar do tempo, até mesmo com a "liberação" das manifestações afro-culturais (1942!) por Getúlio Vargas, percebe-se que o elo de ligação entre a mandinga do Capoeira e as práticas afro-religiosas foram sendo diluídas, ou então menos evidentes como antes.
Talvez até mesmo pelo fado de a Capoeira tomar corpo como prática quase que exclusivamente "esportiva" nas décadas mais recentes, onde os fundamentos e os segredos foram sendo substituídos por golpes acrobáticos e estereotipo aburguesado.
Mas, muitos mestres continuaram a seguir seus trabalhos trilhando ambos os caminhos: capoeiragem e religiosidade (efetivamente mandinga!).

Mestre Pedrinho de Caxias & TMA

O Terreiro Mandinga de Angola - TMA - é o nome (fortíssimo) do grupo do Mestre Pedrinho de Caxias. Alguns conhecem Mestre Pedrinho pela alcunha de Boneco de Ferro (seria alguma homenagem a Ogum?).O TMA nasceu no Rio de Janeiro, mais precisamente na cidade de Duque de Caxias, onde mestre Pedrinho deu início a um trabalho de Capoeira Raiz (Angola!). Durante muitos anos Mestre Pedrinho foi um dos principais baluartes da internacionalmente conhecida Roda de Rua de Caxias, roda esta que atualmente tem como palco a Praça dos Pacificadores.Recentemente Mestre Russo, um dos nomes mais importantes da Roda de Caxias, publicou seu livro "Capoeiragem - Expressões da Roda Livre". Certamente que a esta altura Mestre Pedrinho, compadre que é de Mestre Russo, deve ter tido acesso ao livro e está se deleitando com tal preciosidade. Nas palavras do próprio Mestre Pedrinho, Russo está de parabéns por gravar a passagem dos capoeristas pela Praça dos Pacificadores.Aliás, pegando carona em mais esta Iniciativa-Rio, está na hora da Roda da Praça da República de São Paulo ter também seu livro! Mestre Ananias, sem dúvida alguma, é a alguma daquela Tradicional Roda Domingueira!

Raiz do Feitiço & Mestre Zumbi

"Raiz do Feitiço" é o nome do primeiro CD do Grupo TMA. Aliás, um excelente CD de Capoeira Raiz, sendo justo agradecer Mestre Camaleão (hoje vadiando por Marseille, França) pelo presente.O nome do próprio CD já diz tudo: seu conteúdo é repleto de espiritualidade, mandinga e muita capoeiragem!
O TMA desenvolve um trabalho respeitável de Capoeira Angola nos seguintes países: Argentina (Prof. Saci), Espanha (Prof. Rasta), México ( professor Jagad Sereno, um dos seus alunos mais antigos de Buenos Aires) e, é claro, nos Estados Unidos de Duque de Caxias. Mestre Pedrinho, que passou uma década na Argentina, hoje coordena todas as atividades do TMA à partir da Franca.No mês de Novembro próximo passado foram incontáveis as atividades e manifestações lembrando a luta de Mestre Zumbi (Obá de Palmares!). O TMA também estabeleceu uma forma muito especial de louvar Zumbi & Dandara. Para começar, além de se fazer uma Roda-homenagem, o TMA de Mestre Pedrinho fez também uma oferenda espiritual à nosso Líder Negro palmarino, e também à Ogun, obviamente o Orixá que rege os trabalhos de Mestre Pedrinho.Estiveram presentes alunos de Mestre Curió, alguns alunos do Marcelo Angola-França, do Grupo de Estudo da FICA, trenel Daniel, que esta fazendo um trabalho do grupo Nzinga, e alunos do grupo de João Pequeno de Pastinha. Fez parte da programação uma palestra muito interessante sobre "Capoeira e Zumbi", proferida pela africanista Nara Jujuba, aluna de Mano, que além de falar do relacionamento do tráfico do negro com a capoeira falou também da capoeira com relação à religião candomblecista. Estiveram também presentes o contramestre Nenel e o professor Peixinho do Grupo de Terra Firme - mestre Hulk; e o africanista Manolo, um cubano que desenvolve trabalho cultural de Cuba no México.
Mesmo estando distante, e por ter sido convidado antecipadamente para entrar em sintonia, no mesmo instante que Pedrinho e Rasta empunhavam seus gungas à Zumbi & Dandara, estando em São José dos Campos tratei também de fazer minha obrigação.
Mandingueiramente
Miltinho Astronauta



No hay publicaciones.
No hay publicaciones.